martes, 7 de julio de 2009

Nuevos nombres ocultan la historia del antiguo callejero


Alcaldes, abades e investigadores 'asaltan' calles y plazas


El callejero de Santillana del Mar ha experimentado una profunda renovación en los últimos años. Recientemente, la carretera hacia el Zoo se convirtió en la Avenida del Zoo, y fue inaugurada con todos los honores por el alcalde, Isidoro Rábago. Fue la última de una larga lista de modificaciones, la mayoría en el conjunto monumental, aunque, en ocasiones, que cambien los nombres de las placas no significa que la denominación original caiga en el olvido.


Entre los acuerdos adoptados por la Corporación, a primeros de año se decidió dedicar una calle a Jesús de Polanco y que la Plaza de Ramón Pelayo -que en su día sustituyó a la anterior denominación de Isabel II- debiera pasar a denominarse Plaza del Ayuntamiento, aunque esta plaza es popularmente conocida como Plaza Mayor o Plaza de la Villa.


Sorprende deambular por el núcleo monumental y, entre sus casonas y cantones, leer rótulos con nombres como Bertrand Clisson, alcalde francés promotor del hermanamiento con Le Dorat, o nombres de abades e historiadores que, aunque fueron ilustres y muy estudiosos de Santillana, debería habérseles reconocido con otras distinciones recogidas en el protocolo municipal de honores sin alterar nominaciones históricas, datadas algunas en el siglo XV, como sucede con la calle de Las Arenas.


El afán de algunos alcaldes de la última época por dejar reflejo de su efímero paso por el Ayuntamiento, ha cristalizado en nominaciones tales como media calle de Las Lindas, referenciada en escritos del siglo XV cuando Santillana se formaba como núcleo urbano medieval, como calle Bertrand Clisson, alcalde cuyo mérito fue potenciar un hermanamiento, cuyo reconocimiento pudiera haber sido suficiente con una placa en la Avenida de Le Dorat, cuyo nombre ha sustituido al denominado Camino Real.


La Avenida de la Constitución, en la salida del aparcamiento hacia Altamira, es otra de las modernas denominaciones, las que, junto a la de la Plaza del Rey y la calle de Antonio Niceas, completan el cúmulo de nominaciones de calles del entorno monumental.


La calle Jesús Otero, conocida como la 'calle nueva', es otra de las renombradas por ser punto de referencia del escultor, que aunque fue nacido en Santillana también se le dedicó el antiguo cuartel como Museo Jesús Otero.


Desde el siglo XV


La calle que circunda la Colegiata, llamada desde antes del siglo XV cantón y calle de Las Arenas, aparece en la actualidad con el nombre de Mateo Escagedo, insigne abad, al igual que sucede con la Plaza de la Colegiata, nominada con el nombre del abad Francisco Navarro. También el historiador Lafuente Ferrari, por haber sido autor de un libro de Santillana, fue merecedor de otra calle del entorno de la Colegiata. Y por su parte, Ricardo León, autor de la novela 'Casta de Hidalgos', da nombre a la salida de la villa hacia la Fontanilla.


La Plaza del Ayuntamiento, en el siglo XV, era conocida como Plaza del Mercado, posteriormente Plaza de Isabel II y, a comienzos del siglo XX, se la denominó de Ramón Pelayo, en recuerdo y homenaje del marques de Valdecilla.


Tras recorrer los rincones del núcleo monumental el visitante se pregunta el porqué de estas modernas nominaciones, con las que se está desnaturalizando lo que tantos años fue y se mantuvo como tal, y de la proliferación de escudos sin linaje ni señorío.


Fuente: El Diario Montañés



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