Las Casas del Águila y la Parra de Santillana acogen desde el próximo miércoles un recorrido, organizado por Cultura, que rescata obras del pintor
La reciente desaparición del decano de la pintura cántabra Julio de Pablo obligó a alimentar las reseñas, obituarios y recopilaciones biográficas y vitales del artista con referencias a su admirado Agustín Riancho. Ahora la actualidad artística del intenso verano expositivo vuelve su mirada al maestro de Entrambasmestas con una cita antológica que será inaugurada esta semana en Santillana del Mar. Este proyecto de rescate, en algunos casos, y redescubrimiento en otros, es consecuencia de un fruto anterior: el catálogo ya presentado la pasada primavera de un Riancho más íntimo y familiar y en el cual sus dibujos acaparan el protagonismo.
Entre tizones apagados de la cocina y chimenea, tinta directa o aguada y el lápiz, papeles y óleos, discurre todo el universo del artista que regresa en esta exposición antológica que será inaugurada el próximo miércoles en las Casas del Aguila y la Parra.
Al margen de colectivas y citas revisionistas de la pintura cántabra, la obra de Riancho ya fue objeto de una reivindicación especial hace cerca de cinco años por parte del galerista Francisco Revilla en su sala Cervantes, que albergó una treintena de piezas, entre dibujos, tintas y óleos.
En esta ocasión, de la mano de la Consejería de Cultura, los dibujos y óleos de Riancho recalan en Santillana en un itinerario especial que quedará expuesto hasta finales de agosto en las casas de la villa. Son más de 160 piezas del pintor que incluyen un paseo por su iconografía más representativa: Paisajes, personajes, arboledas, detalles costumbristas, estudios preparatorios, preámbulos sobre cuadrículas. Riancho realizó con 12 años sus primeros dibujos. Una publicación este mismo año, a modo de primer catálogo razonado configurado por 165 obras, en su gran mayoría pertenecientes a la familia y colecciones particulares, reflejó esa mirada del pintor a través de molinos belgas, granjas, figuras inmersas en sus oficios o la contemplación.
La Consejería de Cultura afrontó la edición que tiene su reflejo en la exposición destinada a Santillana del Mar. Angel Acero, editor y coleccionista, encabezó la iniciativa plasmada en la publicación: Un conjunto de dibujos y un anexo integrado por materiales gráficos y documentales, en algunos casos inéditos, que se hallan en manos familiares.
Para el consejero de Cultura, Javier López Marcano, este rescate es «una vieja deuda con uno de los nuestros; uno de los grandes innovadores, de permanente actualidad, autor de una obra con mayúsculas».
En la muestra, como ya reflejara el libro, se reúne un gran número de dibujos en su día hacinados, manchados u olvidados en un baúl familiar, rescatados gracias al empeño de Fernanda Riancho, sobrina del pintor fallecido en 1929 en Ontaneda.
A modo de estudios y bocetos, las pequeñas joyas, aguadas, carbón, lápiz, que se suceden en esta colección, revelan ese «espíritu creativo, la esencia formal, el estilo y las inquietudes del pintor». Muchos de los dibujos han necesitado una restauración parcial o somera. Esta colección acerca la técnica que utilizó posteriormente en sus lienzos. El responsable de la recopilación, que también ejercerá de comisario de la muestra, destacó en su momento que los dibujos «nos ayudan a comprender más la producción pictórica del artista».
Fuente: El Diario Montañés